lunes, 12 de marzo de 2007

Filtros de amor egipcios


En el antiguo Egipto era común el uso de pócimas o filtros de amor, para atraer a la persona amada. La ilustración muestra fragmentos de murales cuyos jeroglíficos representan conjuros para enamorados.

Existe un papiro con fórmulas para filtros amorosos en el que se aconseja al enamorado: “Debes coger un rizo de cabello de la cabeza de un hombre que haya muerto de manera violenta; siete gramos de cebada plantada en la tumba de un hombre y un buen puñado de pepitas de manzana. Debes moler bien todo el conjunto hasta que quede reducido a polvo. A continuación debes añadir la sangre de un gusano, la de un perro negro y unas gotas de sangre de tu dedo anular y de la palma de tu mano izquierda. Finalmente debes agregar unas gotas de tu propio semen y luego mézclalo todo muy bien. El resultado de la mezcla debes verterlo en una copa y disolverlo en tres medidas de vino que haya sido obtenido en la primera pisada de la uva”.

INTRODUCCIÓN DEL BESO EN EGIPTO

Los griegos –¿quiénes si no?–, parecen haber sido los que hacia el siglo VI a.C. pusieron de moda en Egipto el beso en la boca como muestra de pasión y enamoramiento.

Hasta entonces, en el País del Nilo el beso en la boca, el roce de los labios y las lenguas, con la excitación que la caricia produce, no era una práctica común.

¿Cómo hacían los amantes entonces? Parece ser que los egipcios, para quienes la sexualidad tenía una gran importancia, juntaban sus narices para intercambiar el aire que respiraban, ya que la creencia era que, haciendo esto, ambos tomaban una parte de la esencia del otro.

¡Y yo que creía que refregarse nariz con nariz se llamaba beso esquimal!

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